Fase tras fase, hasta llegar a la nueva normalidad, que comenzará este domingo, 21 de junio, a las 00.00 horas. Sin embargo, el comercio de proximidad continúa reclamando ayudas urgentes porque las ventas no acaban de repuntar y los clientes «están asustados».
El presidente de ECOS, José Antonio Pueyo, manifiesta que «desde que se comenzó el proceso de apertura parcial, hay subsectores que han crecido con fuerza en sus ventas por la necesidad detectada en los hogares. Estos son bazares, ferreterías, muebles y otros derivados del equipamiento del hogar y reparación. Sin embargo, vestido, calzado o complementos, quizás por la poca vida social desarrollada o por desarrollar a corto plazo, están viendo peores resultados».
Asimismo, la sensación es que hay que ser cautos, y por tanto su confianza se ha reducido. Por otra parte, la renta disponible es menor, por lo que se vaticina que las ventas no van a subir, más bien al contrario, bajará el volumen. Pueyo recalca que «un 20% de locales no abrirán o cerrarán a corto plazo».
En esta misma línea se expresa la presidenta de la Asociación de Empresarios del Sector Comercial Zona Centro de Zaragoza, Begoña Abad, quien remarca que «muchos de nuestros clientes están atravesando duros momentos y detectamos graves carencias económicas». «Estamos muy mal. Si no recibimos ayudas no vamos a poder seguir con nuestros negocios. Estamos viendo por la zona muchos establecimientos cerrados; otros que han abierto están liquidando las prendas para cerrar… Es una locura», lamenta Abad, quien también es propietaria de Skándalo Deluxe.
Muchos pagos están ahogando a los comerciantes, «el género que teníamos en la tienda desde febrero ha habido que pagarlo, los alquileres, los gastos que genera el propio local… todo eso ha habido que pagarlo igual. La verdad es que el verano se prevé bastante negro. Vamos a intentar aguantar con el periodo de rebajas y estamos intentado ofrecer algunos descuentos en los productos, así como promover las ventas on line, ya que en la tienda estamos muchas horas para poco beneficio», asevera Begoña Abad.
Sobre el uso obligatorio de mascarillas, la reducción de la distancia de seguridad y disponer de las medidas de higiene adecuadas, Abad explica que «los comercios hemos cumplido con todo ello desde que decidimos abrir. Por regla general, la gente que entra a las tiendas es muy respetuosa, hace uso del gel hidroalcohólico y llevan su mascarilla, pero siempre hay alguna excepción».
Desde la Zona Centro también alertan que hay algunos establecimientos con filas en las calle, pero en su mayoría son personas que quieren hacer devoluciones de cosas que han comprado por Internet. Además, el esfuerzo de limpiar los probadores de forma constante o pasar la plancha de vapor para mantener las prendas desinfectadas, sin son probadas, supone en un esfuerzo extra entre los profesionales del sector que, por el momento, no ven recompensas en sus cajas.
«Necesitamos mucha ayuda tanto del Gobierno como de los medios de comunicación. Nos gustaría reunirnos con representantes institucionales para explicarles lo mal que estamos», indica Abad.
Sin embargo, por intentar poner una nota positiva, la situación del pequeño comercio parte tan baja «que solo podemos esperar un aumento de las ventas», concluye Pueyo.