A 27 grados, con la puerta cerrada y los escaparates apagados a partir de las 22.00 horas. Así deberían estar los comercios desde este miércoles para cumplir con el nuevo plan de ahorro energético del Gobierno que entra hoy en vigor. Una serie de medidas que en las tiendas de Zaragoza no han terminado de encajar y han suscitado opiniones muy diferentes.
“No se está llevando bien”, ha asegurado esta mañana el gerente de Skandalo Deluxe, Roberto García, quien considera que “estas medidas van a ser contraproducentes para el negocio”. Los 27 grados en el interior de esta tienda de ropa, ubicada en la calle León XIII, ya se están empezando a notar según el gerente, que ha admitido que ha habido clientas que no se han sentido a gusto a la hora de probarse prendas y han optado por volver otro día: “La gente viene a comprarse ropa y así no están cómodos”.
De acuerdo con García está también su vecino de enfrente, el propietario de Blondies, Carlos Dolz, que ha añadido que “tampoco ayuda tener la puerta cerrada porque disminuye las ventas”, y que “no se ha tenido en cuenta la opinión del sector a la hora de tomar las medidas”. Unas medidas que, además, se han tomado “de forma express”: “hace dos días querían que tuviéramos la puerta abierta para evitar contagios por covid, y de repente dicen todo lo contrario”, ha manifestado Dolz.
Para propietaria de la tienda Viky & Ana, Marivi Mateo, son también “medidas muy precipitadas que nos han cogido de improvisto y no sé cómo vamos a implantarlas, porque 27 grados nos parece mucho calor, y con la calefacción a 19 en invierno pasaremos frío”.
Antes de aprobarse el nuevo plan, con el que el Gobierno central pretende reducir un 7% el consumo de gas en España como muestra de su compromiso con Bruselas, estas tiendas zaragozanas estaban acostumbradas a una temperatura que rondaba los 22 grados. Para el gerente de César Zaragoza, Antonio Vidal, “no deberían sobrepasarse los 24 en días de tanto calor como los que estamos viviendo este verano”. Vidal ha admitido que en este establecimiento se están adaptando a las medidas poco a poco y, por el momento, el aire acondicionado solo lo han subido hasta los 25 grados: “y ya iremos viendo, dentro de unos días, cómo nos vamos adaptando”, ha declarado.
Para la mayoría de comerciantes, el ahorro en la factura energética no compensa la pérdida de un cliente potencial, aunque en otros casos no esperan notar apenas diferencias. La propietaria de Brigadoon, Penélope Sariñena, ha admitido que ya tomó medidas por su propia cuenta hace tiempo para reducir los gastos de una factura que es cada vez más elevada y cree además que “el plan será beneficioso en un sentido ecológico”.
Aunque de momento parece que todavía cuesta hacerse al cambio, el sector tendrá que adaptarse poco a poco a estas nuevas medidas y garantizar al Gobierno que se están cumpliendo.