Con la emoción en el rostro, los miles de oferentes entregaban este jueves a la Virgen del Pilar un ramo que era mucho más que eso. A veces, una promesa, otras una tradición de aquel abuelo que cogía en brazos a su nieto con las flores en alto. Sea como fuere, la Ofrenda de Flores se movía por un único motivo: la devoción ciega a la «Pilarica», que rápido se ha empezado a llenar de flores y ha deslumbrado con su manto blanco y el toque rojo de la cruz de Lorena. Pasadas las 18.30, cuando se cumplían doce horas del inicio de la Ofrenda, ya habían pasado por la Virgen más de 80.000 oferentes y 723 grupos.
A las 6.30 horas, y todavía con la noche cayendo, el primer grupo, compuesto por cinco familias de Aragón y La Rioja, abrían la Ofrenda. Después de ellos vendrían muchos más, tantos que llegarían a los 890. Algunos entraban a la plaza entonando «El Ebro guarda silencio al pasar por el Pilar», otros captaban las miradas de los muchos vecinos y turistas que disfrutaban de la Ofrenda con sus trajes regionales llenos de color y sus animados bailes que convertían la calle Alfonso y Don Jaime en una fiesta. Ha sido el caso de Paraguay, país invitado este año, que poco antes de las 10.00 otorgaba a la Virgen su bandera floral.
A la Virgen del Pilar todos los oferentes le daban gracias y le pedían, sobre todo, una cosa. «Salud, salud para mis hijos, para los nietos y que todos estemos bien y podamos venir a dar gracias a la Pilarica muchos años más», contaba emocionada Pilar, que hoy celebraba también su santo junto a su familia con vermú y comida «de esas que se alargan». Sin incidencias reseñables la Ofrenda ha transcurrido con normalidad con un tiempo de recorrido de unos 50 minutos.
Si por algo se ha caracterizado esta Ofrenda ha sido por el calor, con unas temperaturas que han superado los 30 grados durante el mediodía. Esto ha provocado que los servicios sanitarios hayan tenido que atender a algunos oferentes por lipotimias o ligeros vahídos, según el gerente de Zaragoza Cultural, David Lozano. En total han sido 34 atenciones sanitarias en el hospital de campaña de la Cruz Roja y de esas, 13 han tenido que ser trasladadas al hospital.
En una plaza del Pilar abarrotada han sido muchos los que no han querido perderse el gran momento de las Fiestas del Pilar. Como siempre en esto de las multitudes, los rifirrafes por algún que otro empujón y la impaciencia por ver y fotografiar a la Virgen han sido protagonistas. Sea como sea, y un 12 de octubre más, Zaragoza se ha llenado de orgullo, emoción y puro corazón en una Ofrenda de récord.
Imagen: Fiestas Pilar Oficial