Comerciantes de todo el país encaran la segunda semana de cierre. Son muchos los negocios que han tenido que bajar sus persianas por imposición legislativa, bloqueando así toda actividad en cualquier tipo de subsector. El presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), José Antonio Pueyo, reconoce que la situación de muchos de esos pequeños comerciantes es “desesperada”. Detrás de cualquier negocio, confiesa, hay también miles de personas que “nos hemos quedado sin ningún ingreso que llevar a casa”.

Pese a la angustia, recuerda Pueyo que mantener ese cierre en el tiempo, hoy por hoy, no está eximiendo a los propietarios de pagar todos los “costes fijos” asociados a su actividad. Entre otros, por ejemplo, el propio alquiler del establecimiento o a sus proveedores. En ese sentido, Pueyo contempla como necesaria la posibilidad de que el Gobierno central pueda compensar de algún modo los gastos de aquellos que regenten negocios de primera necesidad, como el caso de la alimentación, y aliviar así su situación. Además, ve conveniente asimismo que lleguen a aclararse todas las confusiones y “vacíos legales” acerca de la opción o no de que ciertos servicios.

Por otro lado, aplaude la iniciativa de muchos de esos pequeños comerciantes que están agudizando su imaginación para establecer protocolos propios de actuación para con sus clientes, en un intento de salvar y “capear”, como pueden, esta crisis. Una crisis revestida todavía de demasiada incertidumbre y con un traslúcido horizonte que no deja ver con nitidez en qué punto quedaría todo, una vez todo pase. El presidente de ECOS recomienda ante todo el realismo, pues nada será certero hasta que concluya la etapa de cuarentena y sea palpable la capacidad de la sociedad para salir de “este bajón” sistémico.

Tampoco podrá saberse hasta entonces el ánimo con que el propio consumidor saldrá a la calle, ni los posibles cambios que podrían establecerse de ahora en adelante a la hora de desarrollar la actividad comercial, pues quizá se pongan en marcha medidas preventivas más estrictas a la hora de “evitar aglomeraciones” que sí podrían llegar a afectar a la realidad económica del comercio.