Quedan apenas cuatro días para que las rebajas de verano lleguen a su fin. Después de un periodo difícil marcado por la pandemia y la relajación de las restricciones sanitarias, los comercios zaragozanos dan por concluidas unas rebajas que no han tenido el éxito esperado. El presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza (ECOS), Antonio Tornos, calcula que se ha facturado un 30% menos que en 2019. Una cifra que, aunque mucho mejor que el ejercicio anterior, no llega a los datos que se esperaban.

“No cabe duda que las rebajas han ayudado, siempre es bueno motivar el consumo. Sin embargo, el año pasado no hubo rebajas por el tema de la pandemia y, a pesar de todo, las rebajas de 2021 han estado un 30% por debajo del 2019. Sí que es cierto que las limitaciones de aforo, las restricciones propias de la pandemia… todas estas cosas han afectado a estas rebajas”. Tornos achaca esta disminución en las ventas a que entre los ERTES del año pasado y las vacaciones que se les debía a los trabajadores, la gente tenía ganas de salir de sus casas y eso ha hecho que julio y agosto fueran unos meses con poca afluencia de personas.

De hecho, el sector donde más se ha notado este éxodo masivo ha sido en la alimentación. “Los fines de semana hacían acopio de más mercancía y se les quedaba en las estanterías”. Por otro lado, Tornos explica que las rebajas son más típicas de sectores como el textil y el calzado. Sin embargo, durante la pandemia, y respondiendo a la obligación de quedarse más en casa, sectores como la alimentación, los estancos, la venta de electrodomésticos y la jardinería “se han convertido de repente en artículos de primera necesidad. Ya que la gente pasa más tiempo en sus hogares, pues la gente ha invertido más dinero en sus casas. Son sectores donde no afectan tanto las rebajas porque desgraciadamente los márgenes no permiten hacer las rebajas que permite el textil y las convierte en rebajas atractivas”.

También hay que tener en cuenta el efecto adverso que ha tenido la pandemia en numerosos comercios y pequeñas empresas. “Se han cerrado muchos negocios porque todo nos está viniendo en contra hacia el pequeño comercio. Hemos estado cerrados, hemos tenido restricciones de público, nos suben la tarifa de la luz una barbaridad… pues llega un momento que si todo lo tienes en contra es luchar contra marea. También es cierto que aparecen nuevos comercios, nuevas actividades, aparecen negocios con ideas muy creativas”, destaca.

A pesar de estos datos, el presidente de ECOS se muestra optimista de cara al futuro del pequeño comercio, aunque “se espera un último cuatrimestre y un 2022 bastante duro”. Las noticias sobre la evolución de la pandemia son buenas y le hace pensar que la situación podría ir a mejor, pero “en este momento vaticinar algo es tan difícil y tan duro… porque no sabes por dónde va a cambiar la cosa”.

Comercio online

Con la situación de crisis sanitaria, los comercios también han notado un incremento en las compras por internet. “La pandemia ha causado mucho daño sobre todo en el cambio de mentalidad del comercio. Ha hecho que internet se incremente una barbaridad, incluso clientes con unas edades que no tenían un hábito de compra a través de internet han aprendido porque han estado con su familia y les han enseñado.”

Desde ECOS valoran este cambio de manera crítica, Tornos explica que comprar por internet “tiene alguna ventaja, pero desde luego tiene muchos inconvenientes porque no es lo mismo ir a un comercio donde te atienden, se asesoran, sabes lo vas a comprar, que comprar algo que lo estás viendo en una foto que luego te llega y no es lo que has comprado”. Además, tiene en cuenta que internet no ofrece muchos servicios y supone ciertas desventajas para los comercios locales. “No decimos que no a internet, todo tiene que subsistir, pero vamos a jugar todos con las mismas reglas. No puede ser que compremos cosas por internet más baratas porque no pagan impuestos en España y porque no se acogen a la misma normativa que nos acogemos nosotros”.