En la inminente “vuelta al cole” los centros infantiles y las guarderías tienen un papel esencial. Encaran este arranque con incertidumbre y la implementación de estrictos protocolos de seguridad y lamentan la campaña por parte de algunos Centros de Educación Infantil (CEI) “plagada de inexactitudes y auténticas falsedades”.

Para la presidenta de la Asociación de Centros Infantiles y Guarderías de Zaragoza (Aceinzar), Mari Cruz Español, más que la reducción de ratios, la solución pasa por respetar el aislamiento de los “grupos burbuja”. Español descarta el uso de mascarilla con los más pequeños, aunque de tres a seis años “podría ir introduciéndose a modo de juego”.

PREGUNTA.- La Asociación de Centros Infantiles y Guarderías de Zaragoza, integrada en la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), que agrupa a alrededor de 40 centros, ya denunció en junio la campaña de desprestigio hacia su sector. A pocos días de iniciar el curso escolar, ¿cómo encaran este arranque?
RESPUESTA.- Arrancamos igual que muchas empresas de este país: con incertidumbre sobre el futuro. Los padres tienen miedo del contagio y se arreglan como pueden para no llevar a sus hijos a la guardería, aunque nosotras, desde nuestra asociación, hemos implementado todas las medidas posibles, autoimponiéndonos un protocolo de seguridad que no creo que muchas empresas de sectores similares al nuestro estén llevando.

Por otra parte, seguimos con la campaña que contra las guarderías tenemos por parte de algunos CEI, con inexactitudes y auténticas falsedades, que pueden llegar a calar en algunos padres que no se preocupan de recabar informaciones más fidedignas.

P.- Guarderías y educación infantil son las áreas de máximo riesgo por la necesidad de contacto, ¿la reducción de ratios sería una solución?
R.- La reducción de ratios es solo parte de la solución. A mi juicio, los grupos burbuja son más importantes. Pero tiene que haber una cooperación de los padres y evitar el contacto con otros niños fuera de la guardería.

P.- En estos tramos no se recomienda el uso de mascarilla, ¿debería el personal de cero a seis años utilizar unos EPI más específicos que para, por ejemplo, Educación Primaria o Secundaria?
R.- Con los niños de 0 a 3 es imposible implementar el uso de las mascarillas, aunque quizá, con alguno de los niños más mayores de ellos, se pueda introducir la mascarilla a modo de juego. En el 3 a 6 es más fácil el uso de ella, explicándoles de una forma comprensible la necesidad de hacerlo pero, repito, en forma de juego. Los niños pequeños pueden ser más disciplinados que los mayores si sabes llegar a ellos con cariño y jugando. Respecto de los profesionales a su cuidado, con mascarilla en todo momento.

P.- El «aislamiento» en grupos burbuja sería algo útil siempre que se respete una vez abandonado el centro…
R.- Por supuesto que sería recomendable continuar el aislamiento en grupos burbuja. Pero creo que es, en general, una quimera. No puedes aislar a un niño en su casa de su hermano o del vecino con el que coincides en la escalera. De hecho, los niños tienen más aislamiento en la guardería que en cualquier otro lugar, ya que son aulas con un número reducido y estable de compañeros.

P.- El servicio de madrugadores no se prevía en el inicio de este curso escolar (a fecha 27 de agosto sí), ¿serían sus centros una solución a esta demanda para ayudar a la conciliación?
R.- Podríamos aportar soluciones al servicio no solo de madrugadores, sino también al de comedor y tardes (recordemos que el horario de colegios va a ser de 9.00 a 14.00 horas). Pero cada centro tendría que estudiarlo con cuidado, ya que habría que contar además de con la infraestructura disponible y con poder hacer grupos de convivencia estable con niños que vayan al mismo colegio y en la misma clase. No se puede destruir la labor hecha en el colegio a este respecto.

P.- La Asociación Española de Pediatría recomendó en mayo no abrir las guarderías hasta el control total de la epidemia, ¿cómo recibieron esta noticia?
R.- Con un poco de perplejidad. Una cosa es lo que nos gustaría y otra la cruel realidad. Las guarderías, además de atender a los niños, trabajando valores, conceptos, socialización, etc, etc… cumplen un servicio básico: la conciliación del cuidado de los niños con el trabajo de los padres. Pero, por otra parte, los niños también necesitan contacto con sus iguales. Ya se lo hemos privado durante seis meses. Por eso, es muy recomendable la vuelta a la guardería con sus rutinas estables y sus grupos burbuja con un número de niños más reducido, a diferencia de los colegios. Tendremos que llegar a aprender a vivir con lo que tenemos. Desgraciadamente, nosotros podemos olvidarnos del «bicho», pero el «bicho» no nos olvida a nosotros.

P.- Una de las tantas labores que realizan es la de apoyar a la conciliación familiar; sin embargo, en estas circunstancias, ¿creen que la conciliación también debería impulsarse desde las empresas o incluso ampliando los permisos de maternidad y paternidad?
R.- Todo aquello que ayude a las familias hay que hacerlo. Cada empresa es un mundo distinto, así como cada familia. Nos tenemos que adaptar a lo que tenemos. Lo que sí puedo decir es que desde Aceinzar estamos haciendo cuanto está en nuestra mano para ayudar en esta nueva normalidad en la que estamos inmersos.