El dulce aroma de los claveles ya se siente en las floristerías zaragozanas, que van ultimando los cestos, escudos, cruces y ramos que saldrán a la calle el próximo 12 de octubre en la Ofrenda de Flores de las Fiestas del Pilar. Y es que, como todos los años, el acto más emotivo de esta fecha lo conforman las miles de personas que se atavían con su traje regional para vestir a la Virgen con un manto floral, que en esta ocasión será de color blanco.
“Como siempre, la estrella el clavel, generalmente el ramo tipo bastón de doce flores. También hay quien innova un poquito más con girasoles, flores silvestres, lirios, rosas… Con el concurso de trajes hemos visto que la gente viste mejor, con mucho colorido y quiere llevar un buen ramo a conjunto”, ha asegurado el presidente de la Asociación de Empresarios Floristas de Aragón, Rubén Cebollero.
A medida que se van acercando las fechas, cada vez son más los maños que acuden a las floristerías en busca del ramo perfecto, y según las previsiones de Cebollero, “este año va a ser mejor que el anterior” porque las compras se están anticipando. “Las cestas y los ramos de grupo están encargado desde hace un mes y medio, pero en la venta individual sí que estamos notando que estamos cogiendo bastantes notas para la fecha que estamos”, ha comentado Cebollero.
UN LIGERO INCREMENTO EN EL BOLSILLO DE LOS ARAGONESES
La inflación tampoco pasa de largo en el sector de los floristas, quienes también han sufrido una subida de los precios en los últimos años: “Para nosotros el clavel habrá tenido una subida de unos cuatro euros, pero el público en general podrá notar una subida de un euro o dos euros como mucho. La horquilla de un bouquet de docena está entre los doce y quince euros”.
A pesar del intenso trabajo que se concentra en apenas unas semanas, las Fiestas del Pilar suponen una importante inyección de energía y de ingresos en el sector florista. “Estamos ahora en la mejor época del año, con el Pilar y después Todos los Santos. Es una alegría que lleguen estas fechas. Estas ventas nos vienen muy bien para pagar facturas y crear algo de fondo, pero sí que es verdad que las floristerías viven día a día”.
Por delante, quedan todavía muchos pedidos que recoger y flores que arreglar, pero lo más importante para Rubén Cebollero es la ilusión que supone trabajar para la Virgen del Pilar. “Es siempre un placer vestir a nuestra patrona. Es una fecha muy alegre para trabajar y estamos encantados”, ha señalado.