Y llegó septiembre con sus rutinas. Regresaron los uniformes, las compras de libros, el sonido del despertador, retomar las clases extraescolares, los propósitos de aprobar una oposición o mejorar, entre otros, el nivel de nuestros idiomas…

Para la presidenta de la Asociación de Centros Infantiles y Guarderías de Zaragoza (Aceinzar), Mari Cruz Español, “la vuelta a las guarderías ha sido similar a las de otros años. Niños que vienen felices porque saben que se lo van a pasar bien con sus compañeros y van a hacer cosas divertidas; y otros que protestan porque se les separa de papá o de mamá, de los yayos o los tatos, y entran a un sitio que no conocen. En estos casos, el llanto suele durar muy poco e, incluso, algunos protestan porque luego no se quieren ir a casa”.

Esta es la perspectiva de los niños, pero “para nosotras, las profesionales, el problema es otro”, asevera Mari Cruz Español. “No solo hay que prestar atención a los menores, sino que debido a esta bendita pandemia que estamos padeciendo hemos tenido que eliminar la adaptación con los padres para evitar la entrada de personas a los centros fuera de los grupos burbuja. Los padres tienen que esperar en la calle, así impedimos agrupaciones de gente en el recibidor. Además, hay que tomar la temperatura de los niños al entrar y cambiar el calzado por otro que no haya pisado la calle. Son, en definitiva, pequeños detalles que retrasan la entrada, pero las medidas de seguridad están ante todo”, continúa la presidenta de Aceinzar. Además, el lavado de manos es constante, así como la limpieza de lugares comunes o el cambio de sábanas en las camitas; esto es, “rutinas, rutinas y rutinas que nos dan la tranquilidad de saber que, por nuestra parte, la vuelta a la guardería se va a producir de forma segura”.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Academias Privadas de Zaragoza, Ángel Gracia, explica que, desde este mes de septiembre, se sigue la tónica de usuarios que demandan, sobre todo, el aprendizaje de idiomas, “en concreto el inglés, pero también hay, de momento pocos, que ya se van interesando por el chino”.

Respecto a opositores, Gracia señala que “se mueve bastante este tipo de demanda. Las plazas públicas siguen teniendo un gran tirón entre nuestros usuarios, pero bien es cierto que el retraso en plazos de exámenes, en ocasiones, produce un desánimo y hay muchas personas que abandonan los estudios”.

El presidente de la Asociación de Academias Privadas de Zaragoza hace hincapié en la curiosidad que genera la “robótica”, tanto entre padres como en los más pequeños. “Les atrae el tema de la programación principalmente”, prosigue. Sobre todo, es una actividad idónea para chicos de entre 7 y 14 años, “aunque los más pequeños también pueden apuntarse a estas actividades”.

Respecto a la seguridad en las aulas, Gracia es rotundo: “Nuestros centros son completamente seguros. Seguimos los protocolos sanitarios, tanto de distancia, ventilación como uso de hidrogel. Además, contamos con equipos que miden el C02, por lo que cualquier usuario puede tener la tranquilidad de asistir, de forma presencial, a cualquiera de nuestras academias”.